viernes, julio 14, 2006 

Una letra que va en la sangre

Lo olvidas toda la semana; el sorteo es hoy. Inmediatamente sientes la descarga de adrenalina, sabes que lo inevitable ya llegó, pero no, eso no te va a pasar a tí, no pienses mal, no hay que ser pesimista, las probabilidades no son tantas.

Limpio. Todo parece limpio, organizado, papeles cortados, números escritos, doblados iguales y lo saca una mano desconocida.

Eso no te va a pasar a tí, no pienses mal, no hay que ser pesimista, las probabilidades no son tantas.

Cuando leen el resultado sientes que todo se te cae encima; escuchas gritos de alivio, escuchas llantos, escuchas preguntar qué grupo es ese y sientes que el corazón te late a millón, porque el grupo que salió es el tuyo. Eso significa que te vas.

Eso no te va a pasar a tí, no pienses mal, no hay que ser pesimista, las probabilidades no son tantas.

Hay lágrimas. Ella está llorando y ella también, aunque no es del grupo. Se escuchan unos no es justo, se escuchan unos esto no debería ser así, se escuchan voces en el fondo. Lo que quieres es correr, irte, asumir las cosas como son, pretender que el destino te puso ahí por ese tiempo por algo y que esta puerta que se cierra es otra que se abre. Qué se yo.

Que Dios sabe lo que hace, que todo pasa por una razón. Lo que sea para no llorar.

Eso lo haces en el carro.

Suspiro.

sábado, julio 08, 2006 

De noche es de día

Duermo a las 6 am. Me despierto a las 6 pm. Desayuno.

No tengo sueño; son las 3 de la mañana y no hay nadie afuera. De repente pasa un carro noctámbulo, igual que yo. Estoy muy despierto.

Quedan pocos días y mi horario está peor que nunca. Desde el último examen, desde el último trabajo, la última exposición, las noches desvelado me desajustaron, de nuevo.

Mis primeras 48 horas despierto fueron producto de un atemorizador examen de bioquímica, seguido de un quiz de algo u otro parcial. No sé. Son muchas después de eso, mi cuerpo se queja siempre y yo siempre lo ignoro. Lo ahogo en cafeína, nicotina, agua y cualquier caloría que me consiga a mi paso.

Aunque debería estar acostumbrado, los últimos meses he estado más cansado que nunca. Pensé que las guardias nocturnas serían más llevaderas.. al fin y al cabo, esas son mis horas más activas, normalmente.

Pareciera que estoy más agotado que antes; la cama me llama a gritos y ni siquiera el estrés de los dos últimos exámenes, de los 52 temas para el lunes, del final de la más odiada me mueven. Quiero acostarme.

Y dormir, y dormir.

martes, julio 04, 2006 

Me persiguen

Me mandan a buscar la llave de los consultorios del sótano y yo bajo tranquilo, sin darme cuenta que todo el ala del Hospital está vacía. Abajo todo es baldosas azules y luces de neón, hay muchos consultorios y camillas, ¿abandonados?. De repente, escucho gritos de mujer parturienta cerca.

Aunque estoy de guardia y debería hacer lo que me mandaron a hacer, me acerco a ella, que ya viene caminando por el pasillo. Me dice que tiene los dolores, que tiene muchos y siente que está saliendo el bebé.

No debo y de verdad no sé porqué lo hago, pero pienso que la emergencia amerita una decisión rápida. Pasamos al primer consultorio que asemeja un cúbiculo de sala, y la acuesto para examinarla.

En algún momento las cosas se ponen mal, ella está descontrolada y busco cerca un equipo para atender el parto. Verdaderamente era inminente.

Cuando regreso, ella se está golpeando y arañándose, su abdomen trazado por marcas rojas, equímosis en todas partes, los muslos golpeados, yo intento tranquilizarla en vano con mis palabras y me encargo de traer a su niña al mundo.

Todo sale a la perfección y es una niña hermosa, la limpio y se la muestro a la mamá que ya está más tranquila. La tomo y la coloco en una incubadora, no sin antes decirle yo fuí quien te trajo al mundo, ¡hola!.

Me sonríe y reacciona como si lo hubiese entendido.

El silencio es interrumpido de nuevo por voces en el pasillo. Cuando me asomo veo policías, residentes, enfermeras, buscándome y gritando mi nombre. Traen a la parturienta, que tiene un aspecto deplorable, parece víctima de una violación.

Y es ahí cuando me dicen esto no se ve bien, ¿qué le hiciste a esta mujer?, y ella grita, él me violó. Un policía me esposa y me hace entrar a una sala donde comienzan a interrogarnos.

¿Y ahora qué hago?

Mi cerebro decidió despertar. Nunca supe el desenlace.

domingo, julio 02, 2006 

El comienzo de los últimos días (de Pregrado)

Ahora viene la montaña rusa de evaluaciones, trabajos, exposiciones. Como todo año, la caída libre es inevitable y vertiginosa, aunque con la particularidad de que estos exámenes prometen ser los últimos de la carrera.

Las notas "objetivas" se acaban en julio de este año; el próximo estaremos sujetos a la verdadera evaluación: la vista de los doctores en las revistas médicas, los residentes en las guardias, los pacientes en las salas, consulta y los ambulatorios.

El asunto es espeluznante, a lo largo de los años se han ido desvaneciendo poco a poco las cosas con las que nos habíamos familiarizado tanto. Estar en grupos grandes, asistir a teóricas en los auditorios principales, salir temprano de clases, ir sin bata o sin mono quirúrgico, cambiar el cuaderno y el formol por el estetoscopio y el bolígrafo.

A pesar de que prometen ser interminables, quedan pocos de los supuestos 'mejores días de nuestra vida' y algo de nostalgia y miedo se asoma por ahí.

Sobre mí

  • Soy broken/fixed
  • De
  • 21 años, caraqueño, estudiante de medicina
[+Más]

Links

  • Rossanarama
  • To2Blogs
  • Blogger Templates
  • Comentarios

    [+Deja tu comentarío aquí]
Powered by Blogger
and Blogger Templates