viernes, junio 30, 2006 

El seis de junio de 2006

Estoy en admisión de la Maternidad -qué obsesión tengo con ese lugar, no puede ser que ni en sueños me los quite de la cabeza-; la paciente sentada en el borde de la camilla, mire señora, en el borde, deje su ropa en la cabecera, ¿oyó? respóndale al doctor, y el dinamap y todo el repetitivo ritual. Quizás estoy solo, no recuerdo más que las baldosas azules, el letrero de las historias clínicas en el fondo y la lámpara estorbando a mis pies. Huele a hospital.

La señora es negra, grande, las piernas grandotas, la barriga grandota, ese ombligo que protruye y que tiene un color más oscuro, que parece una cicatriz; el asunto es que estoy palpando, y palpo como si el abdomen fuese muy delgado, no concuerda con la imagen, y ahí está, el feto, acostado, boca arriba, con sus miembros flexionados y juraría que toco sus manos, sus pies, su cara.

Levanto la cara sobre su abdomen gestante y le digo tu bebé está muy bien, lo toco completico.

Es aquí cuando se interrumpe mi sueño, cuando ya no recuerdo más nada que su cara y su voz, cuando dice con una expresión rozagante, así es, él será mi pequeño tulipán negro, como si ya se lo hubiese dicho todo el mundo, feliz y satisfecha.

Me despierto en un catre de la residencia de estudiantes, sudado, picado por muchos zancudos. Carajo. ¿Qué coño es un tulipán negro?

jueves, junio 29, 2006 

Se acaba el externado

La última guardia de Obstetricia fue probablemente la más agotadora de todas. El segundo turno garantiza que estés vuelto mierda al día siguiente, pero si lo sumas a la experiencia de estudiar Salud Pública durante el descanso, todo puede pasar.

O mejor dicho, no pasa absolutamente nada y te pudres del sueño y el aburrimiento.

Realmente anticlímax, esperaba una lluvia de partos celestiales que me hicieran despertarme o por lo menos despedirme de la Maternidad con un mejor recuerdo, o por lo menos, algo distinto a los signos vitales de todas las embarazadas y más de una hematología completa.

Última guardia con B.. de verdad la voy a extrañar, más allá de nuestras diferencias.

Me pongo reflexivo sobre el próximo año y me preocupa la soledad que voy a sentir al estar separado de la mayoría de mis amigos. Supongo que es masoquista apresurar las cosas, pero igual va a ser rudo atravesar algo tan fuerte como el Internado de esa manera.

No sé que sería de mí sin N.. gracias a Dios la tengo a mi lado, por más que nos odiemos de manera intermitente, siempre podremos contar el uno con el otro.

Los últimos exámenes de la carrera tenían que ser los más despreciables.. Sigo dándole al trabajo de Obstetricia que por fin es el último, y me hago el loco con el trabajo ilegal de Legal porque de verdad lo que quiero es dormir.

Quiero irme lejos en vacaciones. Necesito un break, de todo.

jueves, junio 22, 2006 

Levanta la mano si no lo veías venir

Este blog hibernó por muchos meses, culpa de mi falta de constancia.

¿Cuántos meses? ¿Cuántas cosas pasaron, pasantías, exámenes, arrecheras, satisfacciones, problemas, cambios, personas y situaciones en estos días?

Imposible e innecesario recapitular.

Hoy, soy externo de la Maternidad Concepción Palacios y cada día me muero un poquito más. Nunca me había decepcionado tanto algo en la carrera; no había conseguido una rama que no me gustase explorar. Ni mucho menos que me produjese tanta aversión.

Lo único que hago es vivir de la manera más rutinaria posible, con un cansancio infinito, en un trabajo interminable, una postguardia, una preguardia, una guardia, melancólico y deprimido.

La desmotivación no es normal. Necesito salir de ahí pronto.

Contemos los días hasta el próximo post (¿o hasta el último?).

Sobre mí

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  • 21 años, caraqueño, estudiante de medicina
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